PROMESAS EN SALUD… SELLO SEXENAL
Claudia Guerrero
Agencia Reforma
Ciudad de México 6 enero 2024.- Las promesas de mejora y gratuidad en los servicios de salud y el abasto de medicamentos han sido el sello de esta Administración.
En los dichos del Presidente Andrés Manuel López Obrador, se trata de uno de los sectores que recibió en peores condiciones, cuando tomó las riendas del Gobierno federal, en diciembre de 2018.
En su balance, encontró falta de personal médico, hospitales sin terminar, farmacéuticas y laboratorios “favoritos” para la compra y distribución de medicamentos, subrogación de servicios y rezago en la basificación, además de ineficiencia y corrupción en esquemas como el Seguro Popular.
Para hacer frente al problema, el Mandatario puso en marcha diversas medidas administrativas y reformas legales, no solo con la idea de cumplir con lo que establece la Constitución, sino con el ofrecimiento de alcanzar estándares de países nórdicos, como Dinamarca.
A menos de tres meses que se cumpla el último de los plazos dictados por el tabasqueño, para llegar a esa meta, los problemas en los servicios de salud y abasto de medicamentos siguen vigentes.
En el primer caso, esta Administración pasó de la eliminación del Seguro Popular, a la creación y desaparición del Insabi, para terminar el sexenio dejando la atención de más de 53 millones de personas sin seguridad social en manos del IMSS-Bienestar.
Se trata de un modelo de centralización de servicios de salud, en el que las entidades federativas entregan a la federación la infraestructura hospitalaria, el equipo, los insumos y las nóminas del personal.
Sin embargo, hasta ahora solo 23 de las 32 entidades federativas han aceptado adherirse al nuevo modelo, mientras que nueve estados gobernados por el PAN, PRI y Movimiento Ciudadano se negaron a participar.
En el caso de los medicamentos y materiales de curación, el Presidente ha asignado la compra a cinco diferentes dependencias del Gobierno federal, sin que hasta el momento se haya resuelto el problema de los faltantes.
En lo que va del sexenio, la responsabilidad de las compras consolidadas ha pasado por la Secretaría de Hacienda, la Oficina de Servicios para Proyectos de Naciones Unidas (UNOPS), el extinto Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y la Secretaría de Salud.
Apenas en diciembre, el Mandatario ordenó que ahora sea Birmex (Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México S.A. de C.V.) la que realice los procedimientos de contratación.
A partir del 29 de diciembre, la paraestatal está al frente del nuevo Centro Federal de Distribución, ubicado en Huehuetoca, que deberá abastecer de medicamentos a unos 20 mil hospitales del sector salud.
Además, controla la Megafarmaria del Bienestar, una nueva ventanilla a la que tendrán que recurrir los pacientes, concebida como un mecanismo interno de presión, para obligar al IMSS, IMSS-Bienestar e ISSSTE a surtir las recetas que emiten.
Actualmente, el establecimiento opera sin que se conozca a detalle la cantidad de medicamentos que controla, la logística con la que pretende resolver el problema y ajustes sobre la marcha.
El propio Presidente ha anunciado que los alcances de la Megafarmacia podrían incluir la entrega de productos a domicilio, para lo que ha puesto a disposición de Birmex el personal y los equipos de las fuerzas armadas.
En noviembre de 2021, el Jefe del Ejecutivo advirtió que, si no logra resolver el problema del desabasto de medicamentos en su sexenio, se dejará de llamar Andrés Manuel.
La cuenta regresiva está en marcha.