PRECAMPAÑAS
Martín Quitano Martínez
“Nuestra vida política debe
ser un certamen de honor y de
competencia”.
Leandro Alem.
Las precampañas
por la presidencia de la República han comenzado. Dos mujeres ligadas como
referentes de los bloques que anuncian la disputa real por lo que consideran el
mejor México. Para una debe establecerse a partir del 2024, la continuidad y
para la otra es necesario detener y modificar la ruta hasta ahora seguida. Lateralmente
sale desde el norte una precampaña alterna que parece acomodarse al poder, que
presenta una supuesta frescura basada en presencia hueca con asideros del viejo
cuño, representado por el dueño de la franquicia.
Creo
que para la sociedad el dilema se ubicará primordialmente en los dos bloques
que agrupan hasta ahora la mayor intención del voto, el del oficialismo y el
frentista. En ellos se centrará realmente el debate por ganar la presidencia y
la composición del poder legislativo. Van en juego la mayoría calificada para
“no mover ni una coma” a las iniciativas presidenciales, en dinámicas que
apestan a fundamentalismos de verdades incuestionables que abollan principios y
valores democráticos, así como resguardos legales e institucionales que han
sido construidos en años de luchas o la conformación de los contrapesos propios
de la normalidad democrática, con la obligación a dialogar y debatir.
En la
elección del 2024 habrá en nuestro país más de 19 mil cargos en disputa. La más
grande elección que hayamos tenido se desarrollará en un ambiente de crispación
y polarización muy alto, en condiciones de incorporación de medios y formas de
nuevos actores que definirán comunicaciones reales y falsas para moldear
determinantemente comportamientos e intenciones de voto que sin duda configurarán
resultados. Ese es el escenario que prevalece al margen de la ley.
Las
precampañas empiezan con formas y tiempos que han sido definidos sin apegarse a
la legalidad electoral, dejando de manifiesto la injerencia del poder del
Estado en favor de sus precandidatos. Una elección de Estado que acomete con la
firme convicción de no acatar reglas porque solo una verdad puede ser
presentada como garante del bien del pueblo y ello hace que cualquier acto
pueda ser permitido. Al diablo con las leyes, primero está ese poder y esa
visión que no merece cuestionamientos.
Inician
las precampañas de un proceso que con todo y lo dicho, muchos deseamos que
pueda darnos sorpresas en función de las miradas y los actos de los ciudadanos,
personas que pueden valorar lo que significa vivir dentro de las reglas
democráticas, por más discutible o lejano que pueda parecer. Una ruta
constitucional que exija el cumplimiento de los pendientes de justicia, de
combate a la pobreza y a la inseguridad, que mire por la salud y la educación,
que genere obras y satisfactores, que cuide el medio ambiente y actúe con
altura de miras.
Recursos
públicos aplicados, utilizados de forma extraordinaria desde los oficialismos,
sin rubor y con simulaciones evidentes, muestran el talante del partido en el
poder, que nos recuerda malos tiempos que creíamos haber superado, pero que
desgraciadamente han vuelto acrecentados y violentos.
DE LA BITÁCORA DE LA
TÍA QUETA
Que en marzo del 2024,
si, en cuatro meses, México tendrá el mejor sistema de salud pública del mundo.
No pos sí.
X: @mquim1962