OPLE, CÓMPLICE DE LA ZACATECANA; EL VOTO MASIVO, LA MEJOR DEFENSA
Por Edgar Hernández*
¡No al voto del miedo!
La elección de Estado que tiene en marcha el gobierno del Cuitláhuac García pretende ser consumada con la ayuda de las autoridades electorales que hace meses vienen haciendo labor de zapa para llevar al triunfo a la zacatecana, Rocío Nahle.
Evidencias y serías sospechas han despertado sus repetidas alianzas con el poder fáctico.
Encuentros clandestinos con Morena, así como omisiones -por citar un caso aislado- de no aclarar como garantizará que las personas con discapacidad, que son más de 180 mil, voten, despiertan sospechas.
José Arturo Acosta Hernández, Director Ejecutivo de la Asociación Veracruzana de Discapacitados Productivos ha hecho pública su preocupación.
“Hace falta claridad en el cumplimiento de INE y OPLE respecto al deber que tienen de adoptar medidas que garanticen el efectivo acceso al voto para personas con discapacidad”, recalcó.
La estrategia conjunta es simpe.
Para el 2 de junio se tiene prevista la compra del voto, aprovecharse de la ignorancia de la gente para empujar al “voto parejo” (todo por Morena), dejar pasar boletas en donde los muertos voten, embarazar urnas y como ahora se van a instalar cámaras en las bodegas donde se guardarán los votos, hacer operaciones de extravío de sufragios de la casilla al sitio de resguardo.
Y tal como nos observa Laura Guati Rojo en su análisis sobre la Neuropolítica, Psicología de Masas: “La estrategia de los de enfrente, es mantenerse en la noticia, diciendo y/o haciendo cosas fuera de lugar con total cinismo, así logran que hablen de ellos siempre, aunque los mensajes se acompañen de sentimientos negativos”.
Son estrategias de Neuropolítica para manipular a las personas y desmovilizarlas ante la impunidad de los hechos.
“Es así como se pretende manipular las emociones, fomentar sentimientos negativos, odio, instintos de venganza, revancha, miedo y más…”
Todo ello en aras del desaliento ciudadano, de inmovilizarlo.
“Su intención es que los y las veracruzanas lleguen a pensar que nada se podrá cambiar. Tienen conciencia de los daños, pero no escalan al paso de la acción, se quedan inmóviles, en el nivel de queja”.
Ese es el juego de Morena.
A ello se suma la complacencia del INE y el OPLE, el primero responsable de la votación para presidente y Congreso nacional, el segundo para gobernador, legisladores locales y otros cargos más de representación popular.
Ya mismo, presente en el imaginario colectivo persiste la aviesa intención de repetir la dosis de la elección de estado consumada en el 2021 donde hubo “siembra de votos”.
Fue a grado tal que hubo municipios y distritos como Xalapa, Coatzacoalcos, Acayucan, Poza Rica y Tuxpan donde se registraron mas votantes que en la elección presidencial del 2018.
Las operaciones matemáticas de aquel domingo 06 de junio del 2021 en el que la mayoría de las casillas abrieron por arriba de las 09:00 horas y cerraron la votación a las 18:00 horas, no cuadraron con los números reales ante el alud de votos registrados.
Y es que al dividir la cifra de votantes que aparecieron en las sábanas de resultados colgadas por los funcionarios de casillas con la operación final arrojó que para alcanzar tal votación, cada ciudadano votante tendría que ocupar un minuto para presentar su credencial de elector, tachar tres boletas, que le pusieran la tinta en el pulgar y le devolvieran su plástico otorgado por el INE, todo en 60 segundos.
Y es que si hacemos cálculos no les hubiera dado tiempo tomando en cuenta que había pandemia del coronavirus y hubo restricción de sólo dejar pasar cuatro personas a votar.
Fue tan bien planeada la elección de Estado por los operadores de Cuitláhuac que hubo más ciudadanos votando por diputados y presidentes municipales, que en el 2018 cuando eligieron al candidato Andrés Manuel López Obrador.
¿Por qué entonces tanta votación? La respuesta está en que hubo siembra de votos.
Hubo exceso de boletas, Hubo más boletas que en la lista nominal de votantes reales.
Ello sin contar los escenarios de violencia del crimen organizado a pie de casillas, disturbios y el acarreo.
Por tanto, hoy a 112 días de la elección, ¿por qué no habría de repetir Nahle y compañía la dosis con auxilio del INE-OPLE?
Al quedar al descubierto la estrategia la complicidad de la Consejera Presidenta del Organismo Público Local Electoral del Estado de Veracruz, Marisol Alicia Delgadillo Morales, aliada de Morena, no quedan más caminos que el voto ciudadano que será el antídoto es el voto masivo.
En la participación de las familias veracruzanas está la respuesta.
Salir sin miedo.
Ir a votar en familia y vecinos y no albergar el temor de que serán balaceados o que se les quitarán los programas y beneficios sociales o que los adultos mayores ya no recibirán su dinero.
Eso no sucederá.
¡Digamos no al voto del miedo!
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo