Estados

NO A LA MILITARIZACIÓN DE LA VIDA PÚBLICA NACIONAL: FRENTE CÍVICO NACIONAL

Xalapa, Ver., 24 septiembre 2024.- El plan C impulsado por Morena y sus aliados implica la implantación de un régimen autocrático impulsado desde la subordinación a los deseos de un presidente. Para lograrlo, el presidente que fue electo en votaciones libres y legales, decide destruir nuestros andamiajes democráticos, los que en las últimas décadas hemos construido como sociedad y que él mismo impulsó desde la oposición, ahora sabemos que con el único propósito de llegar al poder.

 

El grupo hegemónico acaba de asestar un nuevo golpe a sus promesas y supuestos idearios, con la incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaria de la Defensa Nacional, definiendo como militar una institución que debiera ser civil. Así se corrobora el proceso de militarización que masivamente han establecido quienes ofrecieron exactamente lo contrario, los que apenas hace unos años protestaban contra la funesta guerra de Felipe Calderón contra el narco y la puesta de los militares en nuestras calles para acciones de Seguridad Pública. Y han ido más allá al otorgarles muchas más responsabilidades de civiles en las principales obras y acciones gubernamentales, provocando una alianza innecesaria y riesgosa para el país.

 

El largo y reconocido compromiso ético de las fuerzas armadas deviene de su ejercicio responsable, cauto y respetuoso de la vida nacional, el cual ha sido puesto en entredicho y marcado por el exceso y por la perversión de un grupo que busca destruir nuestra democracia.

 

La mentira, la traición, la rapacería y la vulgaridad que han establecido como modelo de conducta cotidiana estos que se dicen diferentes, ahora tiene una muestra más con la militarización de nuestra vida pública. Ante ello, como Frente Cívico Nacional Capitulo Veracruz manifestamos nuestro total rechazo y señalamos que esa ruta confirma la incapacidad del gobierno para establecer una real estrategia de seguridad como fue su ofrecimiento, además de perfilar el establecimiento de una política de mano dura que intimide o sojuzgue las reivindicaciones que surjan desde las oposiciones, criticando o protestando contra los comportamientos de quienes ahora gobiernan.

 

No queremos una democracia amenazada por los rifles.