NAHLE ¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?
Por Edgar Hernández*
Roció Nahle, una zacatecana
empeñada en gobernar Veracruz, simplemente abandona “Dos Bocas” en franco
desacato a la ley dejando una montaña de pendientes por aclarar que suman 17
mil millones de dólares.
Más lo que se acumule, ya que
la estimación para el 2024, de acuerdo a la Secretaría de Hacienda y la
autorización presupuestal del Congreso de la Unión, alcanzará los 20 mil
millones de dólares.
Es una friolera que rebasa los
370 mil millones de pesos.
Todo ello sin producir más que
un miserable litro de gasolina comprado en el expendio de la esquina.
Roció Nahle le cumple así el
capricho a López Obrador, ese capricho de hacer obras faraónicas como AIFA y el
Tren Maya dejando todo a medias para darlo por terminado en el discurso
político y de inmediato cobrar tremenda factura, gobernar la tercera entidad
más rica de la república.
Así, el mismo día en que el
presidente anuncia la renuncia de Nahle, se pasa por el arco del triunfo el
mandato hecho público del Instituto Nacional de Transparencia -INAI- que ordena
a la Secretaría de Energía (Sener) informar sobre el presupuesto anual asignado
a la construcción de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco.
Asimismo, dispone que Rocío
Nahle deberá entregar los reportes correspondientes al ejercicio de “Dos
Bocas”, obra prioritaria del gobierno actual.
Ante ello, ni el presidente ni
la zacatecana acusan recibo del comunicado en el cual el instituto de la
transparencia informa que los consejeros determinaron que la SENER sí cuenta
con “información sobre el presupuesto asignado a dicha refinería y de su
ejercicio, “ya que se localizó información en fuentes públicas oficiales”.
No hay, por tanto, pretexto
para que Nahle no informe y el solo renunciar a la dependencia no la exime de
su responsabilidad en donde están en juego tantos miles de millones de dólares.
“Para evidenciar el logro de
las metas trazadas y el manejo responsable de los recursos públicos, resulta
imprescindible rendir cuentas sobre los avances y también el presupuesto
ejercido”, sostuvo la comisionada presidenta, Blanca Lilia Ibarra Cadena.
Habría que insistir en que el
mismo día del comunicado del INAI, López Obrador anuncia desde Coatzacoalcos la
dimisión de Nahle haciendo bueno, una vez más, aquello de que “no me vengan con
que la ley es la ley”.
Simplemente le valió que la
comisionada presidenta del INAI resaltara que “al inicio del sexenio, el
gobierno planteó que para 2022 esta refinería procesaría 340 mil barriles de
crudo al día, para obtener 170 mil barriles de gasolina y 120 mil de diésel”.
Esto equivale a 30 por ciento
de las gasolinas que se importaban en 2018, sentenció la comisionada
presidenta.
Además, agregó que “al inicio,
se estimó que su costo sería de ocho mil millones de dólares, sin embargo, a la
fecha el proyecto continúa en proceso de construcción”.
Y, como decía don Teofilito,
así seguirá ya que en tres ocasiones en dos años se ha anunciado un fantasioso
caudal diario de crudo y nomas se ha mostrado un litro, un litro de gasolina de
extraña procedencia.
Hoy queda claro que a López
Obrador y por supuesto a Roció Nahle les vale un soberano cacahuate que el INAI
considere que se deben rendir cuentas de cara al anuncio oficial que Dos Bocas
“podría tener un costo mayor al proyectado”.
Ya mismo la comisionada Blanca
Lilia Ibarra Cadena advierte que está en conocimiento que “la Secretaría de
Energía cuenta con información relativa al presupuesto asignado al proyecto de
construcción de esa refinería y, desde luego, al ejercicio del mismo”.
Desde luego que la formalidad
y protocolo del INAI no incluye que a lo largo de cuatro años “Dos Bocas” ha
sido objeto de denuncias periodísticas por irregularidades en los contratos y
asignaciones de obra; de la preferencia a proveedores y amigos, así como la
disposición nebulosa del dinero público.
En los hechos, sin embargo, no
deja de ser revelador que la comisionada Julieta del Río Venegas adelantara que
solo votaría a favor del proyecto toda vez que se aclaren los números.
“Simplemente, sostuvo, de acuerdo
a datos, Dos Bocas costaría ocho mil millones de dólares, sin embargo, el costo
actual es del doble, 16 mil millones de dólares”.
En todo este entramado de
sospechas de raterías lo que más llama la atención es la respuesta de la
Secretaría de Energía a través de la Dirección General de Programación y
Presupuesto de que no contaba con registro de haber asignado, autorizado o
erogado recursos del sujeto obligado para este proyecto.
¿Entonces?
Es que Roció Nahle actuó a
ciegas e invirtió, vía memorándums, dinero que no era suyo simplemente firmando
en favor de los proveedores partidas presupuestales que le ordenaba quien sabe
quién.
Los mexicanos y mas los
veracruzanos podemos ser señalados por AMLO como incapaces o animalitos a los
que hay que llevarles comida, pero bien que nos damos cuenta de todo el
entramado de engañifas y abuso de poder que se gestan en esa cueva de Ali Baba.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo