Opinión

MILEI: GANÓ LA IRA

Pedro Peñaloza

Nadie ofrece tanto como el que no tiene intención de cumplir”.

Francisco de Quevedo

La población argentina no aspira a una vuelta a otra dictadura, no nos equivoquemos, votó harta de una inflación de 142%, estancamiento económico, desempleo, de la precariedad generalizada y la falta de alternativas del movimiento peronista. Se expresaron los votantes descontentos con una clase política que ofreció desarrollo e igualdad y practicó lo contrario, que llevó al país al desastre económico y social. Y aún así, algunos prefieren al actual gobierno

En 1983 los argentinos sufragaron y derrotaron a la dictadura militar, quien bañó de sangre al país durante siete años. Ahora, enfrentan otra encrucijada compleja y riesgosa. Una mayoría decidió inclinarse por un personaje con propuestas descabelladas, promesas que rayan en la fantasía, junto con políticas que atacan a las minorías, eliminan derechos conseguidos y se alinean con los supuestos movimientos “antisistema”, como los Bolsonaro o los Trump, cuya oferta es criticar el “establishment”, beneficiando a los sectores financieros y empresariales, aunque la mayoría de los votantes sean los propios trabajadores.

Al descontento popular no lo pudieron detener las arengas del presidente Alberto Fernández, quien como burla o prepotencia no tuvo empacho en lanzar como candidato a Sergio Massa, Ministro de Economía y artífice del desastre. Aunque debemos precisar que Milei no las tiene todas consigo para llevar a cabo sus desplantes privatizadores, puesto que llega al poder con desventaja legislativa, con apenas 38 de 257 legisladores y 8 de 72 senadores.

Además, no tiene presencia territorial a nivel de municipios, alcaldías o departamentos. Quizá las negociaciones con Macri pueden ayudarle a cierta estabilidad. Cuidado, esta debilidad presidencial alerta a la casta militar, que seguramente estará al acecho. Recordemos que la vicepresidenta, Villarruel, ha “negado” a los desaparecidos en la dictadura.

Es claro, que, el llamado “peronismo tardío” reiteró su incapacidad para colocarse como una alternativa consistente y viable ante la avalancha del Capitalismo financiero. Igual que sus homólogos regionales, no presenta opciones reales frente a la creciente pauperización de los segmentos de los deciles más bajos. Únicamente han ofrecido migajas asistencialistas, promoviendo la domesticación política corporativa.

Por otra parte, la posición de López Obrador, quien calificó como un “autogol” el resultado electoral, echa por la borda, otra vez, su reiterado discurso de “no intervención”. Pero olvida las coincidencias que tiene con Milei: el “adelgazamiento del Estado”, típica postura neoliberal; someter a votación derechos humanos; improvisación en sus políticas públicas; culto a la personalidad; así como, la venganza y el resentimiento como guía. Sí, discursos plagados de falsedades y mentiras. Tan lejanos y tan parecidos.

@pedro_penaloz