Opinión

LUCES DE ESPERANZA

Pedro Peñaloza

“Somos lo que hacemos con lo que hicieron con nosotros”

Jean-Paul Sartre

Las recientes movilizaciones de trabajadores de la salud del Edomex y transportistas de distintas entidades expresan las demandas insatisfechas que el Ejecutivo federal y local no han podido resolver por ineptitud o complicidad.

Los primeros protestan por mejores condiciones laborales, insumos médicos y abasto de fármacos; los segundos, reclaman seguridad en las carreteras y freno a las extorsiones de las distintas autoridades. Ambas demandas desnudan la incompetencia de los grupos gobernantes, que han fracasado en temas básicos de políticas públicas: el derecho a la salud, a un trabajo digno y seguridad al transitar por las carreteras del país.

Ya en otros momentos se han realizado acciones de quienes exigen que los morenistas cumplan sus promesas sin respuestas favorables. Lo que ha venido sucediendo es que los procesos de movilización son desiguales y combinados. Se expresan en pequeñas comunidades o en toma de calles en centros urbanos. Sus banderas son disímbolas, que van de libertades fundamentales a exigencias contra la impunidad como las madres buscadoras o las luchas por la conservación de los ecosistemas naturales.

El corazón de las protestas tiene que ver con el modelo de desarrollo de la llamada 4T, que ha jerarquizado sus políticas sociales y el presupuesto únicamente en transferencias monetarias directas, no siempre a los segmentos más excluidos, generando un mayor abandono en el cumplimiento de necesidades básicas de la población: el derecho a la cultura, salud, educación, deporte, acceso a la justicia, a un trabajo digno, libertad de tránsito y a sentirse seguro en su municipio, colonia o ciudad.

Tengamos claro que lo único que le importa a la inquilina de Palacio y a sus súbditos es garantizar la clientela electoral. No obstante su discurso “pobrista”, ya sea en boca de López Obrador o de Sheinbaum, se encuentran atrapados repartiendo aspirinas sociales y al mismo tiempo tienen que garantizar la acumulación capitalista de la minoría legitimadora de la 4T.

Desde Palacio existe soberbia y subestimación para las movilizaciones sectoriales y regionales, la presidenta cree que la “política social” es el dique para mantenerse en el poder. No entiende que la economía presenta perspectivas de crecimiento mínimo y que los recursos públicos no son infinitos, lo que provoca significativos rezagos sociales que no están presupuestados.

Los  barriles de pólvora que incendian las movilizaciones sociales están a lo largo del país y tienden a extenderse. Únicamente falta que los excluidos y violentados en sus derechos se unifiquen en la diversidad. Así, el llamado “segundo piso de la 4T” quedaría atascado y exhibido. Luces de esperanza.

@pedro_penaloz