LLUVIAS, EL DETERIORO SIGUE
Martín Quitano Martínez
La
emergencia climática es una carrera que estamos perdiendo,
pero
es una carrera que podemos ganar.
La crisis climática está causada por nosotros
y
las soluciones deben venir de nosotros.
Tenemos
las herramientas: la tecnología está de nuestro lado.
Antonio Guterres
Secretario general de la ONU
Más de
60 días sin lluvia alguna en la zona centro del estado de Veracruz; más de dos tercios
del territorio veracruzano con algún grado de sequía; agotamiento de las
fuentes de agua; 4 veces más incendios que en 2023, que arrasaron más de 9 mil
hectáreas, generando gran dolor y muerte de flora y fauna, tragedia en familias
que perdieron a integrantes que murieron por golpes de calor.
Las
primeras lluvias han provocado un enorme regocijo social, y sin embargo pueden traer
desastres por la fuerza que en ocasiones despliegan, afectando a miles de
familias en condiciones de vulnerabilidad por su ubicación o precariedad.
Son los
claroscuros de un acontecimiento: la lluvia. El cambio climático entonces,
exacerba los extremos, o sequía o tormentas; fenómenos extremos donde todos corremos
riesgo o perdemos.
Es una
realidad que el calentamiento global marca los derroteros de una vida con
demasiados retos y dificultades climáticas, mismos que potencian los conflictos
sociales en un entorno ambiental fracturado o menguante que cobran las facturas
de un planeta lastimado por la mezquindad humana, por un modelo de crecimiento
económico sin contención que ha privilegiado el aquí y ahora. Uno donde el
futuro algún día llegará y serán los que vivan entonces, quienes enfrentarán
las consecuencias.
Ciertamente,
como dice Antonio Guterres que, “En el tema del clima no somos los dinosaurios.
Somos el meteorito. No estamos en peligro. Somos el peligro.” *
Gobiernos
y sociedades han preferido no hacerse cargo de nuestra crisis planetaria, como
si vivieran en otro planeta. La urgencia es de tal profundidad que solo alcanza
para dimensionar y resolver el presente. Entre simulaciones, indolencia e
ignorancia, desde hace años las catástrofes nos han ido engullendo, cerrando
salidas, encareciendo las oportunidades. Es que nadie se hace cargo.
Lo que
hemos vivido como veracruzanos en los últimos 4 meses, sabíamos que sucedería
si no se ponían remedios conjuntos. Ahora nos tocó mirarnos en el espejo de
otras realidades sucedidas en varias partes de nuestro país y el mundo. Nos
encontrarnos de golpe con el rostro atropellado de realidad.
Es
necesario actuar por voluntad como individuo, como familia, como ciudadanos que
asumen la responsabilidad de hacer algo, de aportar resguardo y equilibrio en las
formas de consumo, del uso y abuso cotidiano y masivo de los recursos naturales
en cualquier lugar, hogar, escuela, oficina, espacio público. Debemos reducir
la contaminación y nuestros desechos. Cambiamos de mentalidad o continuamos la
expoliación ambiental con nuestra complicidad o negligencia.
Exijamos
a los gobiernos que asuman su responsabilidad y desarrollen reales políticas
públicas de resiliencia y protección ambiental para detener el reloj de la
catástrofe. Demandemos que se dejen de fingir compromisos, institucionales y de
gobiernos, medioambientales cuando no se presupuestan ni concretan claramente
las metas y proyectos con fechas de cumplimiento.
Si no
lo hacemos en conjunto todo será retórica y demagogia, mientras el deterioro
sigue.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
“Cuando despertó, el
dinosaurio todavía estaba allí” Augusto Monterroso.
X: @mquim1962
*Periódico el
Economista 8 de junio 2024