Cultura

LA MUESTRA INVOCACIÓN AL EQUILIBRIO DE GUILLERMO CENICEROS

·         A partir del 28 de septiembre

·         Más de 200 obras del artista duranguense se exhibirán en el Palacio de Minería

Nicolás Gamboa    

Una oportunidad para acercarse a la trayectoria del artista plástico duranguense Guillermo Ceniceros (1939) es la exposición que se inaugura este 28 de septiembre en el Palacio de Minería, en la que combina obra muy reciente con piezas emblemáticas de su producción. “Algunas de éstas son de los últimos 30 años y otras de los últimos 30 días”, dice en entrevista.

Invocación al equilibrio de Guillermo Ceniceros es el título de la muestra integrada por más de 200 pinturas, grabados, dibujos, esculturas y objetos, en donde aborda una amplia variedad de temas, desde paisajes y la figura femenina hasta personajes históricos y grandes pintores de México y el mundo, con su propuesta artística figurativa estructural.

Ceniceros comentó que lo que le interesa es mostrar a la gente el significado de la composición en su trabajo: “La composición es un lenguaje, y en éste es tan importante lo que se dice como lo que se calla. Generalmente hago un boceto donde hay muchos elementos, y el chiste es ir quitando para que queden solamente los que realmente pienso que deberían estar. La composición consiste mucho en eso, en ir eliminando cosas y dejar lo esencial”.

Por ello, destacó, en sus obras el vacío es igual de relevante que los espacios que están cargados de elementos. “Los silencios son parte importante de la composición. Aspiro a que cuando alguien vea el cuadro piense lo que quiera, pero principalmente se fije en la composición. La inspiración, si es que existe, sería la composición”.

Arquitectura

La exhibición abre con 12 ampliaciones en gran formato de dibujos y pinturas del artista colocadas en los lunetos del Patio Principal del Palacio de Minería, obras que fueron realizadas especialmente para esta ocasión. Aluden a la arquitectura como disciplina, en un guiño al inmueble que alberga la muestra. “Como esta es la sede de la Escuela de Ingeniería, que es una parte muy importante, me pareció un lugar adecuado para mostrar algo, aunque fuera mínimo, de arquitectura, que no es mi profesión pero la admiro mucho, sobre todo la de este edificio”.

Cinco primeras imágenes son dibujos en perspectiva de rostros humanos, y tienen enfrente, al otro lado del patio, cinco fragmentos de unas piezas que Ceniceros considera una especie de códices, en donde pueden verse paisajes rocosos. “Son como vestigios de algo que existió, algunas cuevas, que son los principios de la arquitectura ya que eran la morada de los primitivos”.

Las 12 obras fueron realizadas en semanas recientes, y aunque el artista las llama “laboratorio de formas”, comentó que en realidad no tienen título ya que no ha podido pensar en uno apropiado. “Lo omití porque una parte difícil de la pintura es elaborar los nombres. Lo que hago es acudir a la poesía y busco a veces dos palabras que me gustan mucho, las junto, y le pongo ese título a algunos cuadros. Pero aquí no me ha dado tiempo ni siquiera de eso”.

“En muchas exposiciones hay un espacio natural y el título que le ponen en la ficha es ‘Paisaje’, y si tiene amarillos lo nombran ‘Paisaje en amarillos’; pero no es mi caso, no me gustan. Yo quiero que la pintura hable sin el título.”

El recorrido continúa en otros espacios del inmueble, como el Salón Bicentenario, en donde se encuentran salas dedicadas a pinturas de paisajes pétreos en los que las montañas se funden con figuras humanas; a retratos de personas significativas para el artista, como su esposa, la también pintora Esther González, o el héroe independentista Vicente Guerrero; a estudios de la geometría del cuerpo, en especial el femenino; y a representaciones de célebres colegas como Picasso, Da Vinci, Van Gogh, Modigliani, Rivera, Orozco, Tamayo y, desde luego, Siqueiros, de quien fue alumno y colaborador.

Hay también un par de esculturas: la titulada Homenaje a Braille, pieza con relieves para que pueda ser tocada por personas con discapacidad visual, y un obelisco que es una reproducción en pequeño del de 22 metros de altura que hizo para el Tecnológico de Monterrey. Se exhiben igualmente algunas de las cabezas que ha hecho con resinas y material reciclado.

Homenaje

La exposición, que cuenta con la curaduría del museógrafo y artista Rodolfo Rivera, es organizada por la Facultad de Ingeniería y la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingeniería (SEFI), con el patrocinio de la Fundación ICA y el grupo HERMES Infraestructura. A raíz de un concurso de pintura mural para el que Ceniceros hizo algunos bocetos, es que comenzó a gestarse la iniciativa, la cual se perfila como un homenaje a un creador clave en la plástica mexicana de la segunda mitad del siglo XX y las primeras décadas del XXI.

Las piezas exhibidas pertenecen a la colección del autor y algunas son parte del acervo del Museo de Arte Moderno Guillermo Ceniceros, ubicado en su natal Durango.

El creador explicó que en los años recientes sacó provecho del confinamiento, y por eso una cantidad importante de las obras exhibidas son de 2020 a la fecha. “Exprimí la pandemia en mi taller. Produzco bastante, sobre todo cuando la soledad me lo permite, y estos tres años fueron apropiados para eso. Me dediqué a trabajar porque estaba en mi elemento de soledad absoluta, silencio, quietud. Entonces, de lo reciente que he hecho había mucho de donde escoger”.

Una parte notable de varias de las obras más reconocidas del maestro son los elementos antiguos o prehispánicos, como sus murales de las estaciones del Metro Tacubaya y Observatorio o el del Palacio Legislativo de San Lázaro. Al respecto, comentó que a pesar de que sean de épocas pasadas, los artistas contemporáneos pueden aprender mucho de ellos.

“Lo arcaico, de repente, parece lo moderno. Hay mucho que aprenderle al arte del pasado, existen ciertas lecciones que aplicarlas ahora sería extraordinario como, por ejemplo, el buen dibujo: los de Brueghel, de Jerónimo Bosch, de Alberto Durero aplicados ahora son hasta novedosos. Y es que el dibujo se ha perdido mucho en el tiempo, ahora se utiliza más otro tipo de llamadas de atención que lo suplen, pero que no nos dicen casi nada”, concluyó el pintor.

Invocación al equilibrio de Guillermo Ceniceros estará abierta en el Palacio de Minería hasta el 31 de enero de 2024, de miércoles a domingo, en horario de 10 a 17:30 horas con entrada libre.

FUENTE: UNAM

Fotos: Barry Domínguez.