Opinión

EL CAMINO A LA DICTADURA

Pedro Peñaloza

“Toda dictadura, sea de un hombre o de un partido,

desemboca en las dos formas predilectas de la esquizofrenia:

el monólogo y el mausoleo”.

Octavio Paz

 

El ciudadano presidente López Obrador tiene una curiosa lógica para medir el uso de los recursos públicos. Es conocido su razonamiento binario: los “otros” son los corruptos y conservadores, un discurso básico y lejano a la realidad mexicana, que refleja su poco conocimiento de la teoría política y elimina de un tajo todo el espectro de ideologías y la rica historia de los diversos movimientos y contestatarios.

Ahora, con su clásica actitud vengativa, busca ir contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ya que desde ahí se han echado atrás las principales iniciativas aprobadas por la mayoría morenista. Hecho imperdonable para quien no acepta la división de poderes.

La nueva orden del inquilino de Palacio para sus legisladores es modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, para quitarle un poco más 15 mil millones de pesos a 13 fideicomisos, supuestamente justificado porque esos recursos van para los “privilegios” de los ministros, sin decir el destino de los recursos arrebatados, como tampoco se ha dicho la suerte del dinero en los fideicomisos ya eliminados en años recientes.

El camino es ya conocido, se impondrán recursos de inconstitucionalidad y se detendrá lo aprobado por los diputados. Entonces, ¿cuál es el verdadero objetivo presidencial? Tal vez, continuar con sus ataques y desprestigiar cualquier decisión de los Ministros. Lo único que falló en su cálculo fue no tomar en cuenta la reacción de los trabajadores del poder Judicial, los cuales ya están movilizados a nivel nacional en un rápido proceso de radicalización.

Otra vez, estamos en presencia de la reiterada campaña de ataques y mentiras por parte del tabasqueño para doblar cualquier poder, institución u organización que ose pensar diferente y asuma acciones que afecten sus caprichos.

Esto no se trata de un debate político y público entre fuerzas distintas, lo cual es natural y necesario en un ambiente democrático y plural. No, es la imposición, desde Palacio de un andamiaje que lastima y fractura los pesos y contrapesos que son el antídoto contra el pensamiento único.

Por eso, López Obrador clama por su “Plan C” (como también lo promueve Claudia Sheinbaum en su campaña), donde el objetivo central es tener un país sin equilibrio de poderes y así romper con cualquier “obstáculo” constitucional. El “Plan C” es un claro ejemplo de un proyecto de dictadura. Veremos si logra dar ese manotazo total en el 24. Cuidado.

@pedro_penaloz