Opinión

ARROGANCIA

Martín Quitano Martínez

 

“Cualquiera que tenga el poder de hacerte creer idioteces,

tiene el poder de hacerte cometer injusticias”.

Voltaire

 

Todo lo malo se concentra en quienes piensen distinto, en quienes puedan poner en duda que vamos por el mejor camino, en quienes aspiren a imaginar que puede haber otras rutas, otras formas, otros horizontes.  La soberbia es el empaque de la altivez que esconde el apetito de ser preferido por sobre cualquier otro; es el envanecimiento de los quehaceres propios menospreciando el de los demás y desestima a los distintos.

Hoy por hoy, en nuestra realidad campea la soberbia, forjada, dictada desde la petulancia del mensajero de la redención, el que abre el mundo nuevo donde solo los fieles pueden entender y admirar el ropaje que cubre al rey que camina desnudo, y disfrutar los parabienes otorgados a un pueblo que, pese a sus esfuerzos, debe seguirse purificando, desterrando a los que no sigan comedidamente sus dictados.

El México violento no existe, solo se mata más. El México de la pobreza es de la redención donde no son necesarias las leyes o las instituciones que salvaguarden las convivencias sociales, por ello que se vayan al diablo. Con la buena fe del señor de palacio y sus coros que lo alaban, se derribarán las murallas de los males que nos aquejan, como en Jericó que se derribaron las murallas al sonido de las cornetas.

Sin embargo la realidad es mucho más complicada que sacar pañuelos blancos o barrer las escaleras de arriba para abajo, más que dar abrazos y no balazos si se trata de políticas públicas sin más sustento que la palabra iluminada. La dura realidad de las injusticias es más ruidosa que las arengas de la plaza.

La responsabilidad de gobernar, de asumir el liderazgo ofrecido en 2018 para salvar a la Republica de los malos gobiernos, se quedó en aquel discurso. En los hechos no existe el Estado de Derecho con su división de poderes, con las necesarias convocatorias al diálogo para sumar a todos y no solo a los incondicionales y aliados, aceptando la pluralidad democrática mexicana.

Morena ha fallado y la soberbia que les obnubila les impide reconocer sus errores, su incompetencia, la traición a sus promesas y principios. La valoración objetiva de su ejercicio público, les muestra como la peor versión de lo que siempre hemos padecido. Engreídos en la plenitud del pinche poder del cual tanto se quejaron, se promueven con descarnadas mentiras para sujetar su continuidad, su mundo virtual de plácemes se encuentra a prueba. Veremos si resiste la evaluación de las urnas el próximo 2 de junio.

DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA

Parece que no es convicción democrática sino un pacto dantesco lo que sostiene la permanencia de MC en la contienda presidencial, ¿qué les habrán ofrecido?

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