EXHIBE LAS IDEAS FALSAS DE QUE EL ACTOR NO PIENSA
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Publica
el CUT libro que rompe mitos sobre el quehacer actoral
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Eficiencia terminal en el Centro Universitario de
Teatro reúne artículos de investigación de egresados
María Eugenia Sevilla
El libro Eficiencia terminal en el Centro Universitario de Teatro echa
por tierra un mito: que la gente de teatro no escribe; es decir, que no realiza
investigación propiamente académica. Un estigma que limita el territorio de los
actores a las tablas, al acto escénico, al manejo del cuerpo y la intuición, y
los excluye de la producción de pensamiento crítico.
“Estar en el escenario no quita la capacidad de
investigar y publicar en diversos formatos, desde un artículo hasta una tesis
completa”, expresó el director del Centro Universitario de Teatro (CUT), Mario
Espinosa, al presentar el volumen en el foro de la escuela, que se encuentra en
proceso de convertirse en facultad.
La antología
Seleccionada y prologada por el poeta, narrador y
dramaturgo Enrique Mijares, la antología reúne cinco artículos de indagación
para tesis de egreso de la licenciatura en Teatro y Actuación del CUT, en una
versión reducida, pues su extensión original rebasaría el límite de la edición.
Además incluye otro titulado “El cuerpo simulado en los procesos de formación
actoral”, de dos profesores: Alaciel Molas y Lorena Glinz. Los textos completos
y el resto de los trabajos de los otros 15 graduados se encuentran para su
consulta y análisis en los archivos del CUT.
“Siempre se necesita el título nobiliario de
investigador para atreverse a redactar un artículo o un ensayo, y yo sostengo
la idea de que los seres humanos somos investigadores por naturaleza”, señaló
el antologador. “Los niños aprenden a caminar porque tienen curiosidad, porque
están experimentando e indagando su cuerpo; en las cavernas los seres humanos,
por comunicarse, inventaron todos los lenguajes que ahora llamamos artes”.
Para la presidenta de la Asociación Mexicana de
Investigación Teatral (AMIT), Rocío Galicia, el trabajo escénico es en sí mismo
una forma de investigación y pensamiento. “La gente de teatro tenemos mucho
vínculo con la indagación teatral, desde un puente con la creación: el ensayo”,
mencionó, y además celebró que haya voces, miradas y perspectivas nuevas que se
permitan errar y ensayar la escritura para encontrar formas distintas de
abordarla.
“Todos los creadores somos en sí mismos investigadores,
y todos los investigadores deberíamos también ser creadores”, destacó la
especialista del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información
Teatral Rodolfo Usigli del INBAL, y destacó que son textos escritos “desde el
cuerpo”.
El libro, sostuvo, “rompe con las ideas falsas de
que el actor no piensa. Hoy estas apreciaciones están completamente rebasadas
en la escena contemporánea”.
Repertorio transdisciplinar
Rafael Mondragón, integrante del Instituto de
Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional, coincidió en la puesta
en valor de la experiencia en estos textos académicos: “Ponen en entredicho lo
que por décadas en el siglo XX las escuelas de arte defendían en sus
departamentos de investigación: la diferencia entre la indagación y el teatro.
Ese departamento se cerró”.
El compendio revela miradas desde un repertorio
transdisciplinar amplio, que involucra saberes como la antropología, la
literatura, los estudios de género o los feminismos, agregó Mondragón. Se trata
más de una mirada frente a la disciplina que de un dominio de la misma, y de la
construcción de una poética.
Se puede encontrar, por ejemplo, un extenso
análisis de los movimientos feministas en el arte, que promueven la igualdad y
exaltan valores como la solidaridad y la sororidad, dijo Enrique Mijares. “Todo
encausado a estudiar las cualidades del ejercicio denominado Sembrando
cómplices, ejemplo de teatro vivo, performance, teatro
expandido y artivismo, para establecer comunicación directa de mujeres en el espacio
público”.
También hay un estudio que analiza el proceso de
montaje de Salón Oriental Palace, un proyecto de teatro penitenciario. “Para el
investigador, la obra teatral como producto final se encuentra en segundo
plano: sabe que es necesario tenerlo para que los internos puedan reconocer su
esfuerzo y entender el fenómeno teatral como exposición de sus ideas a los
espectadores; sin embargo, su propósito esencial se centra en la metodología
del proceso de montaje, específicamente en el desarrollo de un taller en el que
se externen las problemáticas personales, sin auto menospreciarse, escuchando a
los demás”.
El título del libro implica un juego irónico:
eficiencia terminal es el concepto que tiene la SEP para medir la eficiencia de
las instituciones educativas, comentó Mijares. “¿Y saben cómo se mide? Tantos
ingresan, tantos egresan. Y con ese porcentaje la verifican. ¿Cómo ven? De
algún modo, el título está puesto así para reflexionar”.
Foto: Barry Domínguez.
FUENTE: UNAM