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SIGUE A CLAUDIA LA ‘AMLOMANÍA’ 

 

Rafael González                                  

Agencia Reforma

Hermosillo, México 14 abril 2024.- Salvo por las 49 pequeñas cruces rosas y azules, la Plaza Zubeldía se parece a otras plazas.

 

Ahí están sus palmeras, sus naranjos y las cuatro mil, cinco mil personas, que gritan y agitan sus banderas, sus lonas, como si Claudia Sheinbaum no llevara más de un año en campaña y lo que promete no lo hubiera prometido ya el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

Pero ahí están las cruces de los 49 niños muertos en el incendio de la Guardería ABC el 5 de junio de 2009, en el sexenio de Felipe Calderón, en la salida a Guaymas.

 

A Lourdes Pérez, una morenista vestida de guinda y blanco, le hubiera gustado que López Obrador se quedara más tiempo.

 

“Lo doble, nada más que se quedara otro sexenio”, dice apretada con la reja metálica en el pecho y una banderita de México en la mano.

 

“Así ya nadie le diría que no acabó nada, porque son muchos detallitos, oiga, o sea, puede hacer cosas, pero no todo; no hay que ser, tampoco decir: ‘Óyeme, que solucione todo’. Si luego le sale una cosa y luego se brincan a otra, no se puede, vamos por partes”, agrega.

 

Lourdes, con cabello café, gorra de Sheinbaum, dos anillos en la mano, estaba aquel día en su casa, cuando de repente oyó “las bomberas”, dice, la ambulancia.

 

“¿Y qué pasó? Se está quemando la guardería. Y ya a los niños les caían los pedazos del techo derretido en los brazos, en los cuerpos, todo eso, y no han castigado a nadie”.

 

Sheinbaum ya se enreda con los fotógrafos en la entrada al pasillo, se agitan las figuras gigantes de cartón de los candidatos de Morena, el PT, el Partido Verde; un hombre extiende una lona con su rostro como la madre patria de la igualdad, la libertad y la fraternidad de la revolución francesa, y los niños levantan sus carteles de que quieren ser como la doctora Claudia y una mujer de sombrero de hongo escribe con plumón morado en un cuaderno: “¡Claudia Sheinbaum Presidenta y la que soporte!”.

 

Ayer, en la conferencia de prensa en un hotel, Sheinbaum tuvo a sus reporteros que le aplaudieron y le dijeron que sin duda será la Presidenta; estuvo Epigmenio Ibarra como su documentalista, y ella, jeans azul, blusa guinda, zapatillas, subida a un blanquito detrás del podio, respondía.

 

“Hay que ver de dónde viene la investigación y cuál es la historia de las fuentes de investigación y de los montajes que se han hecho históricamente”, dijo sobre la investigación contra del ex presidente de la Corte y asesor suyo, Arturo Zaldívar, por presunta corrupción y hostigamiento a jueces y magistrados.

 

Ya en el mitin en la Plaza Zubeldía, junto a la Universidad de Sonora, la gente dice Sheinbaum y piensa en López Obrador. Llevan los libros del Presidente, “pejeluches” vestidos de uniforme militar que hablan y dicen “Abrazos no balazos”, si se les aprieta la barriga y fotos en su despacho presidencial para que ella se los firme.

 

Parece una repetición, incluso de ella, que hoy llega a su día 44 de 90 días de campaña, compite con Gerardo Fernández Noroña, su

enlace con organizaciones, en alabar al Presidente.

 

“Yo quiero que le demos un regalo a ese hombre excepcional, a ese gigante, a ese político fuera de serie llamado Andrés Manuel López Obrador, yo quiero que le regalemos tres senadurías de Sonora”, arenga Noroña. Sheinbaum va a la repetición, a lo seguro.

Dice: “Por el bien de todos, primero los pobres”, “No puede haber Gobierno rico con pueblo pobre”. “El poder sólo es virtud cuando se pone al servicio de los demás”. “Vamos a seguir fortaleciendo el sistema de salud”

 

Lo va a repetir también en el siguiente mitin, en Empalme, y también en Etchojoa, 348 kilómetros hacia el sur, a donde llegará una hora tarde y los viejitos que la esperaron desde hace cinco ocupan la primera fila.

 

Los de logística del mitin en Plaza Zubeldía colocan a unas mujeres con trajes triquis para que Sheinbaum no se detenga ni mire las 49 cruces pálidas de tanto sol, tanto aire, tanto tiempo, de las víctimas en los Gobiernos del PAN y del PRI.

 

A Lourdes no le importa. “Claudia es lo mismo que el Presidente y le va a dar seguimiento y va a ver cómo avanza el País, así como está avanzando, ya ves que somos a nivel mundial el mejor país ahorita”, dice y guarda en su bolsa su celular y su banderita dice “Viva México”.