Opinión

¿QUÉ ES LA ADICCIÓN A LA PORNOGRAFÍA?

Salvador Farfán Infante

 

 

La adicción a la pornografía consiste en el consumo compulsivo de material pornográfico y que afecta negativamente a la vida de una persona. Implica una necesidad persistente de consumir pornografía, lo que suele interferir en el desarrollo vital y las relaciones personales. Para un adicto al porno el impulso de consumir pornografía resulta difícil de controlar; de la misma forma que a los alcohólicos o drogadictos con el alcohol y las drogas.

    

La adicción a la pornografía es un patrón compulsivo de consumo de material pornográfico que afecta negativamente a la vida de una persona.

 

Sin embargo, cabe destacar que no todas las personas que consumen pornografía son adictas al sexo. El diagnóstico de la adicción al sexo se basa en la identificación de criterios específicos como la incapacidad para controlar la conducta, sus consecuencias negativas o el síndrome de abstinencia. De hecho, el consumo ocasional de pornografía no indica necesariamente que exista una adicción. Veamos cuales son los aspectos fundamentales que caracterizan la adicción a la pornografía.

 

La adicción a la pornografía implica la necesidad persistente de consumir material pornográfico. Algunas personas desarrollan adicción a la masturbación, a la pornografía o al cibersexo, como variantes de la adicción al sexo.

 

El impacto de la pornografía:

 

La pornografía hace referencia a contenido sexualmente explícito presente en diferentes tipos de soportes (imágenes, videos, literatura u otros medios). Está diseñada con el propósito de provocar excitación sexual. Por lo general representa diferentes comportamientos de carácter sexual, desnudez y actos sexuales. En un sentido más amplio incluye desde representaciones que muestran desnudez o escenas sexualmente sugerentes (softcore), hasta contenidos que incluyen actos sexuales explícitos (hardcore).

 

Con la expansión de internet la pornografía se ha vuelto más accesible que nunca. En los últimos años ha aumentado el impacto de la pornografía en la población de forma alarmante.

 

Antiguamente solamente podíamos encontrar pornografía en determinados medios como revistas o películas. Con la expansión de internet, la pornografía se ha vuelto más accesible que nunca (sitios web, plataformas de transmisión online y otros medios digitales). Por esto en los últimos años ha aumentado su impacto en la población de forma alarmante, sobre todo el consumo de pornografía en los adolescentes.

 

Tanto es así que algunas personas desarrollan adicción a la pornografía o adicción al cibersexo como variantes de la adicción al sexo u otras adicciones sexuales.

 

Consideraciones éticas:

 

El consumo de pornografía es una elección personal y existen diferentes actitudes y creencias con respecto a su uso. Algunas personas optan por usar pornografía como forma de entretenimiento sexual o como medio de exploración, mientras que otras tienen objeciones personales, éticas o religiosas sobre su uso. Resulta fundamental abordar el concepto de pornografía con conciencia y pensamiento crítico, considerando prioritarios factores como el consentimiento y el impacto en el bienestar mental, emocional y relacional de las personas involucradas.

 

Existe un debate en curso en torno a la relación entre el consumo de pornografía, su alta prevalencia y el aumento de los delitos sexuales. Una gran parte del contenido pornográfico contribuye claramente a la cosificación de la mujer. Ofrece una visión puramente sexual del género femenino, y por lo tanto favorece conductas machistas, acentúa la desigualdad y en ocasiones promueve conductas violentas hacia la mujer.

 

Debemos tener en cuenta que la pornografía suele representar una amplia gama de actividades sexuales consensuadas que involucran a adultos, pero en ocasiones también involucra a menores, lo que constituye un delito de pornografía infantil. Resulta crucial distinguir la pornografía consensuada (legal en muchas partes del mundo) de la explotación y la pornografía infantil, hechos que son inaceptables además de jurídicamente punibles.

 

 

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Fuente: Clínica y Psicología IVATAD. Valencia. España