EL “DESTAPE” DE PEPE Y LAS LUCHAS INNECESARIAS
Por Edgar Hernández*
Solo dilatan lo inevitable.
Termina una semana en donde
los pactos, acuerdos y compromisos rumbo a la nominación del candidato de la
oposición a la gubernatura transitan por localizados caminos de inconformidad.
La ambición mezclada con la
quimera han sido el veneno.
Fue una semana donde siempre
ya no se honró la palabra, tampoco se respetaron las reglas del juego y sí se
mostró la fatalidad de la política en donde los amigos son de mentiras y los
enemigos de verdad.
El distraer a la opinión
pública con la persistencia declarativa de que el método de selección del
candidato del Frente Amplio por México, capítulo Veracruz, sería la encuesta,
cuando hace más de tres semanas se hizo pública esa determinación, es una
muestra palpable de que solo se busca confundir a la opinión pública.
Se trata de crear un río
revuelto.
En igual sentido ocurrió con
los acuerdos y compromisos en torno a la tan cacareada unidad que a la hora de
la verdad simplemente no se cumplió, lo cual tiene de plácemes al oficialismo
moreno.
El tema del género.
Ampliamente debatido, expuesto
jurídica y políticamente y consensuado desde la ciudad de México entre partidos
políticos y el FAM, mismo que determinó que para Veracruz sería varón -de los 9
estados en disputa cinco plazas serán para mujeres-, ha sido objeto de jaloneo.
La consigna era atajar al
candidato de unidad, varón y confundir a la ciudadanía destapando a féminas que
no ganan ni en su manzana.
Luego la disidencia.
En aras de penetrar a la zona
de escombros del PRI para seguir con la rapiña e impedir su levantamiento, los
“críticos y disidentes” se le fueron a la yugular a la nueva dirigencia -buena
o mala, impuesta o no- para abrir una quinta columna y pretender poner a Pepe
Yunes contra la pared.
La estrategia siempre fue
meter ruido para negociar prebendas.
Las mismas declaraciones del
dirigente nacional del PAN, Marko Cortes, quien definió, a nombre de los
partidos opositores y el FAM, que sería el PRI el instituto que diera a conocer
la determinación electoral fueron descalificadas e incluso hubo quien se atreviera
a señalar que el panista jamás declaró tal y que si lo hizo fue sin
autorización.
Siempre se supo que en todo
este juego de confusiones intencionadas hubo diálogo con los actores
participantes en el proceso sucesorio a quienes incluso a dos de ellos se les
mostraron las encuestas internas hechas por el PAN acatando el mandato del
Frente Amplio Opositor, pero sucedió que solo acusaron recibo para de inmediato
utilizar a sus francotiradores y difundir encuestas patito o versiones de que
aún no estaba decidido nada y que había “dos finalistas”.
En realidad, fue tanto el
golpeteo que se convirtió en un choteo. En objeto de risa por lo absurdo de los
argumentos.
“El puntero debería pensarla
mejor y retirarse”, se escribió en las redes. Otros más que invitaban a Pepe a
que mejor se postulara hasta el 2030 (risas) y hubo quien incluso escribió que
el preseleccionado, que iba arriba en las encuestas debería declinar “porque
así lo dictaba su conciencia” (más risas).
Que si fue “madruguete” ilegal
o que si ya había pactado con el crimen organizado fueron otras de las jaladas
hechas públicas.
Vaya, hubo quien pergeñó que
desde Palacio Nacional le habían informado que la decisión estaba tomada, pero
en favor de un aliado de ellos, es decir, un priista moreno.
La guerrita mostró además la
ingratitud de quienes en su momento fueron beneficiarios de los favores del hoy
puntero disparando versiones de pactos inconfesables.
Todo un circo en donde el de
los “huevos tibios” no puede ganar porque va a perder o porque está rodeado de
lo peor del priismo y que debía retirarse porque el de Orizaba sí ganaría.
Ha sido una descalificación
constante maniobrada por la inconformidad.
No hay reconocimiento a quien
busca encabezar los esfuerzos ciudadanos ¿cómo considerarlo ciudadano si es
priista? e inadmisible que quien ha defendido a Veracruz y México desde la más
alta tribuna legislativa nacional sea el idóneo ¡Eso no!
Es síntesis, la sucesión
terminó convirtiéndose en una fiesta macabra, en páginas negras que en breve
pasarán a formar parte del anecdotario político.
Todo este escarceo en breve
será historia y ya ungido el vencedor se convertirá en automático en el mejor,
en el más guapo.
Será el más vitoreado, el
“Bueno” ¡Yo siempre lo dije! al que se sumarán ya sin condiciones los de las
piedras en el camino y acaso pervivirá entre la clase política que el mandato
de la nomenklatura es, ha sido y seguirá siendo piramidal.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo